Tu cuerpo no es un objeto.
Es un templo sagrado, un puente entre el mundo físico y el espiritual.
Es el lugar donde vive tu alma, donde se expresa tu energía, donde ocurre la sanación.
✨ Con Reiki, aprendemos a reconectar con el cuerpo desde el amor, no desde el juicio.
A escucharlo, a cuidarlo, a honrarlo por todo lo que sostiene… incluso en silencio.
🌿 ¿Por qué el cuerpo necesita Reiki?
✔ Porque guarda memorias emocionales
✔ Porque acumula tensiones no expresadas
✔ Porque a veces ha sido ignorado, exigido o rechazado
✔ Porque es tu mayor aliado en este plano
El cuerpo tiene su propio lenguaje. Reiki te enseña a escucharlo desde la vibración, no solo desde el dolor.
🌀 Reiki como caricia energética
Una sesión de Reiki puede sentirse como un abrazo invisible al cuerpo.
Como un “te veo” a cada célula.
Como un permiso para descansar, para soltar, para ser sin hacer.
No necesitas estar enferma para darle Reiki a tu cuerpo.
Puedes hacerlo como un acto de presencia, de ternura diaria.
✨ Práctica: habitarte con Reiki
Siéntate o túmbate en un espacio tranquilo.
Lleva tus manos a distintas partes del cuerpo: cabeza, garganta, pecho, abdomen, piernas.
En cada lugar, quédate unos minutos y repite internamente:
“Gracias. Te veo. Te escucho. Te honro.”
Observa qué sensaciones surgen.
Termina colocando ambas manos en el corazón y respirando profundamente.
Esta práctica no es solo energética. Es profundamente sanadora a nivel emocional.
💡 Cuando habitas tu cuerpo, la energía fluye mejor
Muchas veces buscamos “conectar con lo espiritual” desconectándonos del cuerpo.
Pero el alma no está afuera… está aquí, encarnada en ti.
Reiki no es evasión. Es presencia.
Y el cuerpo es la puerta.