El papel de la intención en el Reiki

En Reiki, la intención lo es todo. Aunque el practicante actúa como un canal para la energía universal, es la intención consciente lo que dirige y enfoca esta energía hacia una meta específica. Sin intención, el Reiki carecería de dirección, como un río sin cauce.

 

¿Qué es la intención?

 

La intención es el acto de enfocar tu mente y tu energía hacia un propósito claro. En el contexto del Reiki, significa decidir qué deseas sanar, equilibrar o manifestar, ya sea en ti mismo o en otra persona. La intención es tan poderosa que puede atravesar el tiempo y el espacio, permitiendo enviar Reiki a situaciones del pasado o del futuro.

 

Por ejemplo, si tu intención es liberar el estrés, el Reiki fluye naturalmente hacia los bloqueos energéticos asociados con esa emoción, ayudando a deshacer las tensiones. Si estás trabajando con otra persona, verbalizar una intención clara, como “promover la calma y el equilibrio”, crea un puente energético entre el practicante y el receptor.

 

El papel del receptor

 

La intención del receptor también es clave. Cuando una persona está abierta y receptiva, la energía fluye con mayor facilidad. Es importante que ambos enfoquen sus pensamientos en el bienestar, creando una sinergia que potencia los efectos de la sesión.

 

Con una intención clara, el Reiki se convierte en una herramienta poderosa para manifestar sanación y transformación, recordándonos que la energía sigue siempre al pensamiento.

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