En el día a día estamos expuestos a múltiples energías que no siempre nos pertenecen: emociones densas de otras personas, ambientes con tensión, prisas, ruido, estrés. Todo esto puede afectar nuestro campo energético sin que nos demos cuenta.
Por eso, aprender a proteger tu energía no es un lujo, es una necesidad. Y Reiki es una herramienta poderosa, sencilla y amorosa para crear tu propio escudo de luz protectora.
¿Cómo nos afectan las energías externas?
Las energías externas pueden adherirse a tu campo sutil, provocando sensaciones como:
Cansancio sin motivo
Irritabilidad repentina
Pesadez mental o emocional
Desconexión o inestabilidad
Estas cargas suelen afectar especialmente al aura y al chakra raíz, nuestra base energética.
Cómo crear un escudo protector con Reiki
Aquí tienes un pequeño ritual que puedes hacer cada mañana o antes de entrar en situaciones intensas:
1. Activa Reiki e intenciona
Coloca tus manos juntas, canaliza la energía y di internamente:
“Activo un escudo de luz que protege mi energía durante todo el día.”
2. Visualiza tu burbuja de luz
Imagina que una esfera luminosa (blanca, dorada o violeta) te envuelve completamente.
Siente cómo Reiki la llena, la refuerza y la mantiene estable.
3. Refuerza durante el día
Si te sientes vulnerable, lleva las manos al corazón y respira. Visualiza cómo tu burbuja se ilumina y se regenera. Conecta de nuevo con tu centro.
¿Qué logra este escudo?
Filtra lo que no es tuyo
Te ayuda a mantener tu vibración alta
Refuerza tu intuición y presencia
Te recuerda que puedes cuidarte sin cerrarte
Proteger tu energía es una forma de amor propio.
Y con Reiki, ese cuidado se convierte en luz viva que te acompaña y te sostiene.