El sonido es una vibración, y todo en el universo está compuesto por vibraciones, incluidas nuestras propias energías. En Reiki, el sonido puede ser una herramienta poderosa para amplificar los efectos de la sanación, ayudándonos a armonizar nuestro campo energético.
¿Cómo funciona?
Cuando escuchamos ciertos sonidos, como el tono de un cuenco tibetano o un mantra, nuestras vibraciones internas comienzan a sincronizarse con ellos. Esto se llama “resonancia”. Al incorporar estas vibraciones en una sesión de Reiki, los bloqueos energéticos pueden disolverse más fácilmente, permitiendo que la energía fluya de manera más libre.
Por ejemplo, los cuencos tibetanos emiten frecuencias específicas que están alineadas con los chakras. Tocar un cuenco durante una sesión de Reiki puede ayudar a desbloquear un chakra particular, como el corazón, llevando sanación a emociones reprimidas.
Mantras y Reiki
Los mantras también tienen un papel importante. Repetir palabras como “Om” o “Shanti” mientras canalizas Reiki ayuda a enfocar la energía y eleva las vibraciones de la sesión.
En pocas palabras, el sonido es un puente entre el cuerpo físico y el energético, y su uso en Reiki puede profundizar la experiencia de sanación y equilibrio.